Nunca es muy pronto para enseñar a los hijos a cuidar el dinero.
Es más, con la importancia que tiene el reporte de crédito en este país, es una necesidad.
"Cuando un joven se gradúa de la universidad y se integra a la fuerza laboral, necesita un buen historial de crédito para rentar un departamento, para comprar un auto, para aprobar (la investigación) de recursos humanos", dijo Rod Griffin, portavoz del buró de crédito Experian.
Todo comienza hablando con los niños sobre cómo funciona el crédito, qué es la calificación crediticia y cuáles son las consecuencias de endeudarse y de no pagar las deudas a tiempo, explicó.
"Ayúdelos a entender que el crédito puede ser una herramienta financiera muy útil, siempre y cuando se maneje bien", dijo Griffin.
Aprendizaje práctico
Si usted confía en el adolescente que recién obtuvo su primer trabajo de medio tiempo o del que acaba de entrar a la universidad, uno de los métodos más prácticos de aprendizaje es registrar al hijo como usuario de su tarjeta de crédito.
Hay dos caminos. Uno es que reciba una tarjeta extra con el nombre de los padres pero con autorización de uso. El otro es conseguirle su propia tarjeta, pero vinculada a la cuenta de los padres.
La Ley Federal de Tarjetas de Crédito de 2009 prohíbe entregar una tarjeta de crédito a los menores de 21 años a menos de que cuenten con un cosignatario o demuestren que tienen suficientes ingresos para pagar.
"Definitivamente es muy valioso ser usuario autorizado de una tarjeta de crédito", dice John Ulzheimer, presidente de orientación al consumidor en SmartCredit.com y experto en reportes de crédito.
"Yo creo que autorizar a un hijo como usuario es la manera más efectiva y segura de ayudarlo a construir su propio crédito" y a mostrar responsabilidad, agregó.
Pero, cuidado. Si el joven excede el límite de crédito o no paga su tarjeta, el crédito de los padres se puede ver afectado.
Es ahí donde entra la enseñanza.
Consejos
Asegúrese de que su hijo entienda la importancia del dinero. Enseñelo a hacer un presupuesto, y aunque sea ficticio, que practique compras y gastos.
Si aún es pequeño, simplemente enséñele a ahorrar su remesa semanal.
También puede poner un límite muy bajo a la línea de crédito para que el daño sea mínimo en el menor de los casos.
Según un artículo de diciembre del 2012 en U.S. News & World Report, es recomendable decirle a los jóvenes que:
Las tarjetas de crédito no son dinero gratuito.
Entre más tarde en liquidar la deuda, más interés pagará al banco.
La forma en que usen sus tarjetas impactará su perfil de crédito, que determinará si más delante pueden recibir préstamos para automóviles, colegiatura universitaria o una casa.
"Lo peor que puede pasar es que un joven entre a la universidad, se haga adulto, haya tenido la oportunidad de conseguir crédito y no haber entendido que tomar un préstamo puede tener consecuencias negativas por años si lo maneja mal", dijo Griffin.
